Un article sobre en Pere Estelrich Fuster i la seva afició a l'espeologia (El Dante de la espelogia, de Laura Jurado, a El Mundo)

Font:
http://www.elmundo.es/baleares/2014/07/29/53d7b7ad22601d1c558b4589.html



B@LEÓPOLIS Literatura científica

El Dante de la espeleología

  • Pedro Estelrich fue pionero en redactar la primera guía turística para la espeleología

  • Detectó la propagación de la filoxera y experimentó con el cultivo de almendros

  • Escribió del cerezo, la higuera y los abonos químicos


Fotografía de la cueva incluida en la obra de Estelrich en la segunda...
Fotografía de la cueva incluida en la obra de Estelrich en la segunda edición.





DNI

Nombre:
Pedro Estelrich Fuster
Época:
1845-1912
Natural de:
Santa Margalida
Profesión:
Agrónomo
Popular por:
publicar diversas obras sobre agricultura en las Islas además de una pionera guía turística para las Cuevas del Pirata de Manacor.
El Cenador de las ninfas, las Columnas de Hércules o el Pasaje del Abismo. Su descripción de las Cuevas del Pirata era un auténtica expedición literaria, sin moverse del sofá, a un inframundo recién descubierto a apenas unos kilómetros de Manacor. Agrónomo, y detector de la filoxera, Pedro Estelrichfue también pionero por redactar una de las únicas guías turísticas de la espeleología en las Islas. Una suerte de folleto sobre una gruta que consideraba la segunda mejor de Mallorca.
Nació en Santa Margalida en 1845, pero poco se sabe sobre los primeros años de su vida profesional. Fue agrónomo y traductor. Escritor y periodista. Se formó en España pero viajó a Francia y Holanda para ampliar sus conocimientos sobre agricultura. Materia de la que llegaría a sercatedrático en el Institut Balear.
Sus hazañas en el campo hicieron de Pedro Estelrich un investigador destacado. Fue uno de los técnicos impulsores del proceso del cambio agrario en las Islas, y en su finca de Sa Capella en Santa Margalida -hoy un lujoso agroturismo- llegó a ensayar la plantación de diversas variedades de almendro. Una faceta que llevó, también, a la parte teórica con publicaciones como La higuera y su cultivo en Mallorca o Guía práctica para la aplicación de los abonos químicos.
Dos hitos parecían estar destinados a guardarle un sitio en la posteridad de los grandes nombres. Por un lado, el haber sido uno de los expertos que identificó la propagación de la plaga de la filoxeraen las viñas mallorquinas en 1891. La misma que devastó los cultivos y paralizó las exportaciones de vino. Una de las consecuencias fue la sustitución de la vid por el almendro en muchas zonas de la Isla.
Su segundo gran logro había sido literario. A él se debía la primeratraducción de Un invierno en Mallorca, las memorias que George Sand escribió durante su estancia en la Isla junto a Chopin.
Pero en 1897 había hecho su primera incursión en una nueva disciplina científica: la espeleología. En un folleto de 31 páginas recogía la historia del descubrimiento y acondicionamiento de lasCuevas del Pirata de Manacor, inauguradas en septiembre de aquel año coincidiendo con la Exposición agrícola y de las Ferias y Fiestas de la localidad.
"La obra forma parte del conjunto de guías para visitantes con lascaracterísticas de la literatura romántica del XIX y principios del XX, tan frecuente en nuestro país, aunque escasas referidas al mundo subterráneo", señala el arqueólogo y prehistoriador Josep Fernández Piris. Estelrich intuía ya la unión de unas siete grutas en el predio de Son Forteza, que hoy se confirman como un amplio sistema subterráneo de 3.020 metros de recorrido y una superficie de unos5.000 metros cuadrados cubierta por lagos.
Para el margalidà, debían ocupar el segundo puesto en importancia entre las cuevas mallorquinas por detrás de las de Artà pero por delante de las del Drach. Su propuesta de recorrido no era por itinerarios, como acostumbraban las guías de este tipo de cuevas en el XIX, sino que planteaba un paseo visual a través de las distintas salas, en las que destacaba los elementos más señalados. La joya de la caverna era el lago Victoria, de 70 metros de largo por 21 de ancho, descubierto de forma casual durante las labores de adecuación para su apertura turística.
El Cenador de las ninfas y su "techo estriado", El Tiburón "que ojo abierto vela para que se cumplan las órdenes de los dioses que presiden la gruta", el Purgatorio o el Pasaje del Abismo -una enorme grieta que podía hacer caer al viajero- eran algunas de las estancias que, cual Dante en su bajada a los infiernos, relataba Estelrich.
Además de intentar, sin pretensiones científicas, entender la formación de estalactitas y estalagmitas, el agrónomo daba todos los detalles para su visita turística. Un tour guiado a 7,50 pesetas para un grupo de entre cinco y seis personas.

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